FONTANARROSA X 2
Tal vez por ironía del destino, hablar del “Negro” Fontanarrosa es cosa seria aunque no precisamente solemne y aburrida. Sobre todo cuando “el Negro” se duplica y es necesario valorarlo bajo el manto de ideas que lo protegen para demostrarnos a todos que más allá de los obstáculos, el secreto de la risa es uno sólo: tener ganas de vivir.
Uno, el humorista que tal vez haya logrado más publicaciones en la Argentina y fuera del país, junto con el maravilloso Quino, quien poco tiempo atrás alcanzó la frontera japonesa con su eterna Mafalda.
Otro, el hombre que nos vuelve a la reflexión profunda como ejemplo de tesón y creatividad aplicados al oficio de sortear las dificultades cotidianas con la bandera en alto, muy en alto, de los ideales. Estas dos formas componen un mix indisoluble de un hombre que se regocija en el diálogo pleno de contenidos, con formas, conceptos y el suficiente debate interno para inclinarse después sobre el papel y componer la gota diaria de sudor, la misma gota de tinta que por momentos lo viste de personaje y como tal, dibujado por sí mismo.
Cómo estás en esta Córdoba después de una jornada emotiva propuesta por la UNC y luego, con el correspondiente toque de humor?
En Córdoba en líneas generales yo siempre me siento muy bien. Tengo una relación muy particular con esta ciudad, que viene desde la década del 70 fundamentalmente de la revista Hortensia. Entonces, me pasa salvando la distancia, lo mismo que me ocurre con Colombia. Por supuesto que allí he ido muchas menos veces, pero siempre que tengo la oportunidad de ir a alguna de las dos para mí es muy gratificante, porque es volver a encontrarme en este caso con una de las ciudades en las cuales yo creo que viviría tranquilamente además de Rosario. Y aparte por la historia personal, la cantidad de amigos. Vengo a un acto con cierto protocolo, no digo solemnidad pero cierto formalismo que de todas maneras implica un gesto de cariño, por lo que estoy realmente muy bien.
Cuáles son las cosas de las que NO te reís?
Creo que todos tenemos una serie de temas que nosotros mismos dejamos de lado. Yo creo que charlando con colegas con amigos, ninguno se ha reído del tema “Desaparecidos”. En líneas generales, este es un tema que se habló bastante en la última gran crisis económica del 2001. Las crisis en general son favorables al humor, primero porque estamos acostumbrados a vivir en crisis, y el humor siempre es “en contra”. Entonces las crisis son situaciones conflictivas, efervescentes, donde se da lugar a señalar, a criticar mucho, favorecen al periodismo el cual tiene mucho por hablar. El problema y lo que a mí al menos me paraliza, es cuando las crisis pasan a ser tragedias como Guerra de Malvinas, atentado a la AMIA, atentado a las Torres, mortalidad infantil o como decía antes, el caso de los desaparecidos. Tal vez no haya ninguna ley escrita que estipule sobre qué cosas se puede hacer humor o no, pero a nivel personal, cada uno tiene temas que son demasiado dolorosos, y en ese caso el periodismo sí puede encontrar muchas vetas para escribir, pero para el humor se complica porque uno teme aparecer riéndose de la desgracia de gente que no merece que se rían de ellos.
Vos tenés una composición bastante clara y simple, tomando lo simple como el final de un proceso analítico, del Hombre de la Calle ¿cómo ves hoy a ese Hombre en esta Argentina nueva después de un siglo tan trajinado?
Lo que pasa es que no tengo una visión tan abarcadora. Uno se mueve dentro de un grupo de familiares, de amistades, de gente conocida y lo demás es a través de los medios de comunicación y lo que se puede recoger. Indudablemente todos estamos supeditados a los vaivenes sociales, políticos y económicos del país. En este momento veo en general a la gente bastante mejor que hace cuatro o cinco años atrás, precisamente viniendo de aquella crisis económica tan enorme que creo que fue un cachetazo muy grande a nuestro orgullo, y hasta me parece que en algunos casos nos vino bien para no creer en peces de colores. Hoy por hoy me parece que la situación económica ha mejorado, no está bien pero la tendencia es a mejorar. Obviamente que la famosa distribución equitativa no se ha dado ni se va a dar en mucho tiempo, pero hay más dinero dando vueltas y eso por ejemplo en ciudades como Rosario se aprecia mucho. Rosario es una de las ciudades más beneficiadas por todo este fenómeno de la soja. El puerto exportador argentino diría, es dinero que se ha volcado más que nada en la construcción y todos sabemos que eso moviliza una gran cantidad de gente. Es decir que en líneas generales lo veo mejor al hombre común de la calle.
Crees que este hombre ha aprendido algo más a fuerza de sacudones?
Son momentos, porque tampoco puede decirse que uno haya aprendido definitivamente nada. Hay desconfianza sobre ciertos factores que nos han costado mucho. Digo esto sobre todo a través de lo que leo. Hay una vuelta a depositar el dinero en los ladrillos, que es algo que se puede tocar y se puede ver. Por ahí ya no hay tanta especulación financiera, y la bolsa y las acciones y los créditos y los dividendos que pueda dar la plata puesta a trabajar en tal parte. O si no, la otra, es gastársela y disfrutarla y salir a comer con los amigos. Desde ese punto de vista creo que ha sido positiva la última crisis económica.
Existe alguna forma del Negro Fontanarrosa que no hayamos visto desde tu trabajo?
No, te diría que no me da la sensación de tener asignaturas pendientes. Como suelo repetir, siempre para todos nosotros la asignatura pendiente es que el trabajo te salga mejor. Hacer mejores chistes, encontrar mejores ideas para los cuentos, pero para mí este trabajo siempre ha sido una finalidad en sí mismo. No es que yo hago esto porque me permite ganar dinero, pero el día de mañana quiero pintar o quiero solamente escribir o quiera volcarme al teatro o cosa por el estilo. Esto es lo que a mí me gusta. Posiblemente ahora por las características del negocio o del país, haya más posibilidades de hacer cosas para el cine o que cosas mías sean llevadas al cine, como en este momento se está haciendo en animación Martín Fierro a partir de las ilustraciones que hice dos o tres años para Ediciones de La Flor. Pero en líneas generales no hay una actividad que yo haya venido postergando y que el día de mañana vaya a mostrar al público.
Tiempo atrás un cantor decía “yo canto en defensa propia”, vos hacés humor “en defensa propia”?
En principio el dibujo es una cosa que vengo trayendo desde muy chico, porque simplemente me gustaba la historieta y empecé a copiar esos dibujos e indudablemente me gusta contar y narrar; es algo vocacional. No tengo esa aspiración que se suele dar de estar esperando las vacaciones o el fin de semana, o estar preocupado porque tengo que volver a trabajar. Para mí siempre el trabajo ha sido algo gratificante, y desde ese punto de vista te digo “SI”, puede considerarse en defensa propia; o simplemente el espacio donde encuentro satisfacción y una manera de expresarme.
Cómo nace Inodoro Pereyra?
Nace precisamente aquí en Córdoba, o “para” Córdoba en la revista Hortensia en el año ‘72. Yo estaba publicando chistes sueltos en Hortensia, y en ese tiempo nos escribíamos mucho con el Negro Crist. Teníamos un intercambio postal grande y yo le envíe a él como obsequio personal –no con la intención de ser publicada– una historieta hecha directamente a tinta que era una parodia de “Harry El Sucio”, el personaje de Clint Eastwood, sabiendo el gusto que tiene Crist por esa temática de las armas, de los hampones. El Negro se lo mostró a Cognini, y luego Cognini lo publicó y a mí me pareció realmente muy interesante retomar el viejo e infantil gusto por la historieta, así que me propuse enviar más historietas de distintos temas, pero sin la intención de continuar con ninguno. Hice algunas historietas siempre de una plancha sola, hecha directamente a tinta sobre la guerra de Vietnam; alguna parodia de las películas de cowboy spaghetti italianas; hice otra más de Boggie e hice una parodia gauchesca del Martín Fierro, a la que le puse “Inodoro Pereyra” como le podría haber puesto cualquier otro nombre, porque te repito, no pensaba seguir con eso. Pero cuando salieron publicadas me pareció que tenía ganas de seguir tanto con Inodoro Pereyra como con Boggie, y prácticamente las empecé a desarrollar sobre la publicación, o sea sin ningún estudio previo de los personajes. Así que ese fue el comienzo un tanto casual, si se quiere, de Inodoro Pereyra y Boggie “El Aceitoso”.
El caudal de información cultural de Inodoro Pereyra es bastante considerable.
Siempre he sido un lector consecuente, y aparte creo que no fue casualidad. Estamos hablando del año 72, una época que aunque suene sorpresivo, la música de moda era la música folclórica. Estaba el comienzo o el apogeo o el despuntar de Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, Los Fronterizos y especialmente dos o tres creadores de letras como Hamlet Lima Quintana, Armando Tejada Gómez, y también mucho Alfredo Zitarrosa, a quienes yo escuchaba permanentemente. Creo que eso dio lugar a que también surgiera la idea de hacer Inodoro Pereyra, también ligada con el radioteatro gauchesco que escuchaba cuando era muy chico. O sea, yo no lo escuchaba pero siempre había una radio en el vecindario que acercaba el radioteatro gauchesco.
Aquél viejo León de Francia.
Bueno, el León de Francia me acuerdo, fue muy popular en Rosario y yo soy muy amigo de Pepe Fábregas, un arquitecto rosarino que vive en México, hijo de Federico Fábregas, quien hacía el León de Francia en radio.
Te quedaron personajes pendientes en el dibujo?
No, no creo. Por otra parte yo digo que los personajes son como hijos, entonces significa toda una responsabilidad iniciarlos porque se supone que si uno hace un personaje es para un esfuerzo de largo aliento. No vas a hacer un personaje para que dure dos semanas o al menos no es esa la intención. Los que salieron fueron éstos y después siempre han sido un poco por casualidad, los poquitos que han aparecido digamos en otro orden de cosas. La Hermana Rosa, esta mentalista que yo escribí para Clarín que predice o se supone que predice los resultados del mundial, también fue producto de que empecé escribiendo algunas cosas para Clarín, e incluí dentro de varios personajes a una mentalista y después frente a la repercusión lo continué. Pero no, no ha habido otros personajes que hayan quedado en el tintero.
A Inodoro Pereyra le hace falta que lo maten como a Superman?
No, aparte digamos que hubiera sido un digno final para Boggie. Es más, en algún momento pensé que si alguna vez terminaba con la historieta como después terminó, tenía que terminar en forma violenta como había sido su vida. Lo que pasa es que me cansé, no tenía más ganas de hacer la historieta entonces simplemente quedó ahí. No parece una decisión recomendable matar un personaje porque uno no sabe si después lo querrá retomar. Aunque lo que vos mencionás de Superman, indudablemente eran decisiones comerciales, simplemente con la intención de reavivar y reactivar el interés en el público por el personaje. Pero no creo que sea recomendable matar a un personaje.
Si pudieras traer a tus amigos como en algún momento lo dijo Miguel Hernández en su Elegía y volverlos a tu huerto y a tu higuera, a quienes volverías a través del dibujo o de tu humor?
Obviamente a mucha gente. Ahora, dentro de los amigos personales seguramente te daría nombres de gente que no es conocida popularmente sino que han sido amigos personales míos. Dentro de los que uno puede mencionar y que son de conocimiento público dentro de los que yo conocí personalmente, porque algunos han sido muy admirados por mí pero no llegué a conocerlos en forma personal, una de las primeras personas en las que pienso es en el Gordo (Osvaldo) Soriano. Obviamente porque a veces lo comentamos con gente que lo ha conocido también, y cuesta pensar en la desaparición del Gordo, en el sentido de lo que significaba como persona, como amigo. Si uno piensa en una mesa de bar o de café o para ir a cenar con un grupo de gente, hablar de todo, de cine, de fútbol de literatura, de lo que fuera, infaltable el Gordo Soriano. Te lo nombro como un símbolo de tantos otros que uno quisiera tener cerca.
Negro, gracias por todo esto. Ojalá de alguna manera todos los que seguimos los pasos de Fontanarrosa desde lo afectivo, podamos retribuír todo lo que pusiste sobre el tablero alguna vez y todo lo que está impreso.
Mirá, yo tengo la misma impresión al revés porque en todos estos últimos años, especialmente atravesando problemas de salud complicados, son tantas las muestras de cariño que he recibido de gente a la que nunca he conocido personalmente, que me siento en la misma situación. A veces lo conversábamos con el Nano Serrat, porque él también atravesó una situación difícil. Y me preguntaban algunos periodistas en Rosario cuando fue Juan la última vez, y yo les decía “mirá, la gente lo quiere a Serrat por una razón muy simple, y es que Serrat quiere a la gente”. O sea, es muy difícil que vos quieras a alguien que intuís que no te quiere. Entonces en este caso, a mí se me presenta desde el otro lado. A veces yo no sé cómo retribuír a la gente todo lo que la gente me da.
Me voy sin saber cómo retribuir su simpleza. En principio un abrazo, un beso en la mejilla como si siempre nos hubiésemos conocido, y creo que él lo acepta de igual forma. La noche afuera hace lo suyo , y mientras camino siento que no basta con cuidar al personaje. También hay que quererlo. Pero fundamentalmente, seguir dibujándolo entre todos día tras día.
Córdoba 10 de Agosto de 2006
_______________________________________________________________
De: "Roberto Fontanarrosa" Ver detalles de contacto
A: migherau@yahoo.com.ar
Asunto:
Fecha: Tue, 5 Sep 2006 18:56:11 -0300
Miguel: recién ahora pude echarle una ojeada a tus textos. No puedo hacerte mayores comentarios sobre las poesías, porque no soy un consumidor de poesía. Advierto, de todas maneras, como en todos tus textos, un prolijo y rico manejo del lenguaje. La poesía se mete, también, en el fragmento de novela que me mandaste. Es un estilo. Confieso que a mí me tira más el estilo directo y periodístico. Lo de corte humorístico me gustó por el tono delirante, aunque, leído rápido, me sonó algo caótico. Pero siempre todo dentro de un buen nivel. Un abrazo. El Negro.
________________________________________________________________
La Humorada Más Boogie Del “Negro”
DE CUANDO FONTANARROSA SE CANSO DE DIBUJARSE A SÍ MISMO
"En Rosario, su pueblo y el mío,
se nos ha muerto como del rayo
el Negro Fontanarrosa,
a quien tanto queríamos"
Decía que “el humor siempre es en contra de las crisis”, sin saber que tal vez una de las crisis más complicadas sea vivir sin el “Negro” que nos enseñó a querer el humor como una forma de desplazarnos a la risa por la sola necesidad de sanarnos por dentro.El humor bien entendido también empieza por casa?.
El Negro Fontanarrosa sabe que morir es una humorada para volverse eterno por generaciones. Tal vez el Beatle más encumbrado del dibujo, capaz de melodías en tinta que algún científico investigará más tarde para develar el misterio de las proporciones entre la risa y la melancolía que tan sabiamente supo mezclar el mayor centro forward del humor argentino. Del mismo modo que aquellos seres de su "Planicie de Yotosawa", el “Negro” constituye un auténtico espécimen del orgullo de ser argentinos, porque aquí no caben dudas. El “Negro” es de Rosario aunque todos los habitantes uruguayos comiencen ahora a reclamar su natalicio. El primer Gardel que nadie podrá quitarnos, porque vaya donde vaya, seguirá sonriendo por nuestro argentinismo tan obcecado y dibujándonos las amnistías a cada paso.
Qué lo parió.
Boggie le cuida las espaldas. A su lado Mendieta exhibe sus fauces más afiladas a quien intenta acercarse; Inodoro entretanto le ceba unos amargos a él y al Gordo Soriano, mientras Eulogia le prepara unas empanadas de mortadela, producto de la última doma de Inodoro.
Quién iba a decir que en este esfuerzo por evitar el llanto, íbamos a reclamar automáticamente su presencia para al menos esbozar una sonrisa, y muy a pesar de ello, nos iba a arder el dolor de perderlo entre los barrabravas de la hinchada siempre presentes. Soriano, Cognigni, Olmedo. ¿Pero es que no somos capaces de reír sin el “Negro”?. Simplemente, NO. Es que contamos con dos problemas básicos para ello. Nuestra amargura, y nuestra tristeza. Entonces no nos sentimos ni zonzos ni pavotes, sino “pelotudos”. Porque el país entero lo llora y en verdad no nos sale ni un solo chiste. Ni uno solo.
“Como me voy a morir sin que mi madre me vea”, decía Armando Tejada Gómez, a quien él supo admirar en su juventud y a lo largo de toda su carrera junto a Hamlet Lima Quintana y otros, de los que supo extraer gran parte del conocimiento telúrico expresado por Inodoro. A lo que él contesta “si me vieras vieja”.
Evidentemente Mamá Rosita no dejó de verlo nunca, y allí va, este “Negro” vuelto raíz del aire que de ahora en más, será parte de una de nuestras más necesarias amnistías; la de aprender a sonreír, a pesar de todo.
Miguel Hernández.
20/07/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario