Mediodía con don Toto Arnedo y su familia
Guitarra y litoral en Casa Grande con Verónica Guzmán, bajo el paraíso |
De izq. a derecha Ceferino, don Toto, el que suscribe, y Rodolfo Arnedo |
Coplitas para mi canto
(Carlos Di Fulvio)
Camino del “cerro macho”
me encontré esta chacarera,
el sol le “caiba” de a pique
sobre su lomo de piedra.
La senda del “Uritorco”
no es blanda; tampoco es dura
Pisando los “macachines”
me truje en ancas la luna.
Aquí la dejo paisano
guárdela pa’ cuando muera
y sáquela por las noches
a ver su patio de tierra.
Amigo “Pichón”, su rancho
tiene algo de “salamanca”,
tal vez por eso en su patio
“zupay” con el “cura” baila.
Tengo un “marchador” peruano
obsequio del ”Toto” Arnedo
que hace alas del
“guardamonte”
porque no pisa ni el suelo.
Parezco duro por fuera
por dentro tal vez no es tanto,
yo junto de cada piedra
coplitas para mi canto.
Plantita de “muña-muña”
muy buena pa’los amores,
vení chinita’a mi lado
contame de tus dolores.
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